Autor: Bernardo Nayros
La concurrencia es de gente de tercera edad. Yo soy un poco vago en esas cuestiones de escribir pero me gusta escuchar. La profe que dirige estas sesiones me dio una idea: escribir sobre el cambio positivo que tuve en mi vida.
No le di mucha importancia, pero en un momento me dije ¡¿Por qué no?! Comencé a desarrollar el sistema de escritura ¿Contar parte de mi vida? ¿Hablar de los problemas que tuve?, ¿Qué tengo? Me dije ¡No! Les contaré como me propuse, con el correr de los años, a elaborar un sistema de optimismo y alegría en mi vida. Hace mucho tomé una resolución, la de vivir cada instante con felicidad. No son meras palabras.
Al otro día no hay que olvidarse, ni volver a la rutinaria tristeza, pues ella se presenta. No, no hay que darles cabida. Incorporé a mi vida una filosofía de vida, la de disfrutar. Salgo, paseo, tengo encuentros con distintas clases de gente, entro en conversaciones. Trato con alegría todos estos momentos y los disfruto con ellos como si fuera un contagio de felicidad.
Este método de vida me queda bien, gracias a Di´s que me acompaña. Todo lo que les cuento es color de rosas, pero en mi intimidad a veces, como ser humano que soy, me levanto apocado, triste, tengo instantes amargos, pero adapté mi mentalidad para revertirlo.
Creo que más que un escrito es un mensaje para la gente que lea este artículo. Quiero que le sirva para tomar conciencia y entrar en este camino de felicidad hasta los últimos días de vida.
De mi parte no quiero ser terrorífico ni siniestro, pero es la ley. Pues cuando llegue ese momento quisiera, al igual que yo, que te vayas con una sonrisa.
¡Viva la vida!